LA CASA DE LA ESCUSALLA
Dentro del sector turístico emergen continuamente nuevas necesidades y tipologías, en la actualidad aquellas que tienen como protagonista a la experiencia. Aparecen así turismos vinculados a hechos enigmáticos o incluso fantasmagóricos, visitas a casas encantadas, cementerios o lugares con una historia o leyenda que disparan la imaginación de sus visitantes.

En el geodestino Terra de Celanova-Serra do Xurés tenemos la casa de la Escusalla, con cierto halo de misterio y leyenda. Se encuentra en la parroquia de Manín y se corresponde con los restos de una impresionante casona de origen incierto. Se cree que fue construida en el siglo XVIII, perteneciendo, según algunos, a la Inquisición.
En ella podemos apreciar los anchos muros de esta construcción barroca. La obra se componía de una planta baja con patio y un piso superior con suelo de madera, al que se podía acceder desde dos escaleras. En total 1500 m2 de superficie. En su parte derecha los restos de una capilla, en cuyo dintel aún podemos leer “Sacellum D. Joseph”, de ahí que se la conozca como capilla de San José.
Además de los restos espectaculares que podremos observar, son varias las leyendas que recaen sobre esta casa. Algunos comentan que aquí era habitual la práctica de torturas y brujería.
El supuesto último habitante de la casa fue un policía portugués al que llamaban Tío Roque. Éste decía que había visto el fantasma de un frade con dos monjas. Este supuesto frade (Marrequiño) había vivido en la misma casa en el s. VIII y mataba a los jornaleros portugueses para no tener que pagarles; después los enterraba en el patio. Contrataba a otros nuevos y repetía la historia. En Portugal decía que habían huido. Otra versión de la historia decía que los contrataba para la vendimia.
Tras la muerte del Tío Roque, unos vagabundos también aseguraron ver apariciones tras pasar una noche en la casa. Otros dicen que en las noches de luna llena se puede ver a frades paseando y orando por la casa.
En los años 50 un hombre que se dirigía a Aceredo, una noche cerrada y sin luna, a su paso por delante de la casa vio el patio totalmente iluminado con una luz fuerte, cuando de aquellas no había llegado al lugar la luz eléctrica.
Un vecino de Ludeiros encontró a un burro a su paso por la casa, y como estaba cansado, decidió subirse al animal para llegar antes a su destino. Sin embargo, el burro empezó a crecer hasta parecer un monstruo, el mismo demonio.
Ya en los años 90, un vecino que bajó a coger el autobús a la carretera, pasó delante de la casa cuando era de noche, y vio algo que le hizo estremecerse, algo que nunca llegó a contar.
Estas son solo algunas de las historias que rodean a este lugar. Os invitamos a visitarlo y sumergiros en este ambiente de misterio.