Los miliarios son cada uno de los cipos (grandes cilindros de piedra de base ancha) que se construían en los bordes de las calzadas romanas para indicar las distancias en millas romanas hasta las siguientes mansio (lugares de descanso) o poblaciones importantes.
En este punto de la Vía Nova o Vía XVIII encontramos agrupados varios de estos miliarios que también contienen inscripciones que conmemoran la construcción.